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Un sistema educativo obsoleto, que busca respuestas y no preguntas, que es bueno para la élite pero malo para la mayoría y no es para el siglo XXI. Ese es el diagnóstico que hace el profesor en la Universidad de Columbia y autor del Índice Global de Competitividad.

El problema no está en las universidades, las cuales incluso son reconocidas mundialmente por su calidad, como la Pontificia Universidad Javeriana, a donde fue invitado a la celebración de los 50 años de la carrera de Economía, el pasado jueves. El quid está en la educación básica. Para enfrentar la falta de oportunidades se necesitará de una inversión inteligente y no de “regalar el dinero de los ricos”.

En el último informe de competitividad del FEM el país avanzó 3 puestos, pero aún no salimos del rezago. ¿Qué necesitamos para subir del rango de media tabla?

El proceso de competitividad es complejo y eso se refleja en el hecho de que hay 12 pilares y dentro , un centenar de subpilares. Colombia lo ha hecho muy bien en cuanto a su primera generación de reformas que son las macroeconómicas y esto no solo se refleja en las buenas notas, sino que en medio de esta crisis que ha afectado a muchos países, ha salido bien librada. Lo que viene ahora es la segunda generación que se está empezando a hacer. La primera es en infraestructura. Se está haciendo una enorme inversión, pero gastar US$25.000 millones no es garantía de hacerlo bien, sobre todo si nos vamos al segundo problema, que son las instituciones, en especial la corrupción. La tercera es la educación [...]

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