Para la mayor parte de historiadores y arqueólogos, la idea más grandiosa de la historia es una de las más prácticas y menos abstractas: la domesticación de plantas y animales. Durante la mayor parte de su existencia el hombre (o el humanoide si nos remontamos a Lucy, hace unos 3,5 millones de años) ha sido carroñero, cazador y recolector. Es decir, el hombre viajaba de un lugar para otro buscando comida y adaptándose al medio: si la comida aparecía en la sabana, iba hacia la sabana. Si aparecía en el bosque, iba hacia el bosque. Entre hace 14.000 y 6.500 años, sin embargo, el hombre empieza dejar de adaptarse al medio y pasa a controlarlo: nacen la agricultura y la ganadería. Ocurrió durante el calentamiento global que experimentó la tierra después de la última glaciación (a veces, cosas buenas salen de procesos de cambio climático, ;-) ). Se sabe perfectamente cuándo apareció la agricultura: entre hace 14.000 y 6.500 años. Se sabe también que empezó en Mesopotamia –actualmente entre Siria e Iraq- (aunque se sabe que la misma idea surgió de manera independiente en Centroamérica -en lo que hoy es Panamá- algunos años después- y también en China y en Nueva Guinea). Sabemos que las primeras plantas que se domesticaron fueron el trigo y la cebada, seguido del guisante, la lenteja y el garbanzo. Por lo que se refiere a los animales, primero se domesticaron la cabra seguido de la oveja, el cerdo y el ganado vacuno. El proceso que va desde la recolección hasta la creación de aldeas permanentes con una economía agrícola duró aproximadamente 3.000 años.
Lo que no se sabe con exactitud es por qué se inventó la agricultura. Hay diferentes teorías económicas, ambientales y religiosas. La dificultad de encontrar una explicación aceptable se debe a una paradoja importante: en un principio, la eficiencia económica de la agricultura era inferior a la recolección y la caza. Es decir, los cazadores/recolectores tenían que trabajar unas tres horas al día para encontrar comida mientras que los agricultores trabajaban de sol a sol. Es más, los restos óseos de los primeros granjeros muestran señales de desnutrición. Si era menos eficiente desde el punto de vista económico, ¿por qué dejaron los primeros granjeros la caza y la recolección para pasar a la vida agrícola? Una posible explicación es que el cambio climático que ocurrió hace unos 12.000 años mató a los grandes mamíferos del planeta (entre los que destacaban los mamuts) y dejó al hombre sin una fuente importante de alimentos. De hecho, los paleontólogos i arqueólogos han descubierto un cambio importante en la dieta del hombre, que pasa de comer grandes mamíferos a comer animales pequeños como consecuencia de la extinción de los primeros. Esa falta de alimentos es lo que, según esta teoría, impulsó al hombre a buscar alternativas en la agricultura y la ganadería. Y mientras no perfeccionó la técnica, sufrió una gran desnutrición.
Otra teoría relacionada con el cambio climático resalta aspectos sanitarios y de supervivencia: el calentamiento de hace 12.000 años hizo que las enfermedades tropicales africanas como la malaria, la esquitosomiasis o el anquilostoma llegaran a Oriente Medio, provocando una enorme crisis sanitaria. Esa gran mortalidad acabó exterminando a las poblaciones nómadas porque tenían poca descendencia (es difícil viajar constantemente con familias numerosas por lo que las familias de los nómadas tendía a ser de tamaño reducido). Las epidemias también alcanzaron a las familias sedentarias pero, al ser más numerosas, muchos de sus miembros sobrevivieron. Al final del proceso, sólo quedaron familias que vivían de la agricultura a pesar de que estas estuvieran peor alimentadas.
Sea cual sea la razón, la idea de la domesticación de plantas y animales es una de las más importantes de la historia por dos razones. La primera es que es la señal de que el hombre pasa de adaptarse al medio en el que vive a controlar el medio en el que vive. Este es un cambio fundamental en la relación entre el hombre y la tierra. A partir de entonces, el hombre se convierte en amo y señor del planeta y es capaz de conquistar casi todos los rincones del globo.
La segunda, porque la agricultura ha permitido aumentar el nivel de vida y de bienestar de miles de millones de ciudadanos. Si. La productividad agrícola empezó siendo inferior a la de la recolección y la caza, pero una infinidad de ideas e innovaciones (rotación de cultivos, barbecho, fertilizantes, pesticidas naturales o artificiales, diferentes técnicas de regadío, etc) han permitido aumentar la productividad hasta el punto que, en la actualidad, los países ricos dediquen menos del 1% de la población a la agricultura y a la consecución de alimentos para el resto de la población. La última gran revolución de la agricultura ha sido la llamada “revolución verde” de los años 1950s que buscó variedades de trigo de mayor productividad a través de costosos programas de investigación. Esa revolución fue la responsable de la reducción drástica en el número de hambrunas en Asia (especialmente India) y América Latina (especialmente México), aunque no ha acabado con las hambrunas en África porque allí no pueden ser aplicadas debido al clima y a la calidad del suelo (dicen los expertos que necesitamos una nueva revolución verde para eliminar definitivamente la pobreza extrema de África y la Bill and Melinda Gates Foundation están dedicando grandes cantidades de recursos económicos a ello; Curiosamente, la primera revolución verde también fue financiada por filántropos norteamericanos: las fundaciones Rockefeller y Ford).
La tercera razón por la que la agricultura es uno de los grandes inventos de la historia es que conlleva el sedentarismo y el sedentarismo trae consigo la creación de aldeas primero y ciudades más tarde (las primeras ciudades se crearon en algún momento a finales del cuarto milenio antes de Cristo en el norte de Mesopotamia –en la actual frontera entre Siria e Iraq- y se llamaban Tell Brak y Tell Hamourak). Soy de la opinión que el desarrollo económico de la humanidad se ha hecho en las ciudades: desde las ciudades griegas hasta Hong Kong (la causante del desarrollo económico de China, aunque este es un tema que discutiré otro día) pasando por las ciudades de la Europa renacentista. El desarrollo económico y la creación de riqueza alcanzados por el hombre en el siglo XXI no se pueden entender sin las ciudades y las ciudades no podrían haberse creado sin la domesticación de animales y plantas.