Durante los próximos días voy a publicar 10 notas sobre lo que creo que han sido las 10 grandes ideas de la historia. Es una lista que ha salido de las conversaciones que he mantenido con Jordi Graupera, el filósofo y periodista que escribió el libro “Converses amb Xavie Sala-i-Martín” y que actualmente está escribiendo la versión castellana del mismo libro, que no será una traducción sino que incorporará capítulos nuevos entre los que estará el de la historia de las ideas. Tuvimos la conversación sobre las grandes ideas cuando hablamos de una clase que doy en Columbia sobre innovación donde, entre otras cosas, discuto la evolución de las ideas y comparto con los alumnos un par de lecciones sobre las grandes ideas de la historia.
Al hacer la lista he tenido en cuenta tres cosas. Primera, las ideas que propongo no son necesariamente “ideas” en sentido estricto. Por ejemplo, la primera “idea” fue la de hacerse hombre poniéndose de pie. No es una idea en sentido estricto sino que fue más un instinto de supervivencia, pero lo pongo como una “idea” porque a veces uno descubre las cosas que funcionan por instinto o por casualidad. Segundo, a veces hablaré de “conjuntos de ideas” que no necesariamente son un fenómeno que puede ser identificado en el tiempo y en el espacio. Por ejemplo, hablaré del desarrollo del lenguaje que es la suma de multitud de ideas que tienen en común un fenómeno importante: la comunicación. Tercero, cuando digo “grandes” ideas no necesario quiero decir ideas “buenas” sino ideas que han marcada a la especie humana a través de los siglos o que la puede marcar de cara al futuro. En este sentido, voy a mencionar la religión. No está claro si la religión es una buena idea (seguramente la religión es la causa de más muertes a través de la historia que el cáncer y las enfermedades coronarias sumadas). Lo que sí está claro que el ser humano y su historia no se pueden entender sin religión.
La primera idea (aunque quizá no sea idea sino una proto-idea o un instinto) fue la de ponerse de pie. Ponerse de pie es lo que distingue a los hombres de los simios y es lo que permite liberar las manos para hacer los primeros utensilios cosa que, según algunos antropólogos, es lo que distingue al hombre del resto de los animales.
Seguramente el hombre se puso de pie por instinto: igual que el gorila cuando quiere ahuyentar a los enemigos se levanta para demostrar su envergadura, seguramente el hombre se empezó a poner de pie cuando era un animal carroñero y le robaba la caza a leones y otros cazadores. Todavía hoy, si uno viaja al Serengueti en Tanzania (que es de donde es nuestra amada Lucy, el primer “humanoide” identificado por los paleontólogos), uno ve que numerosos cuerpos de cebras, ñus y búfales en descomposición: una vez alimentados los cazadores (leones, leopardos, guepardos), los carroñeros (hienas, buitres) comen y todavía queda alimento. Eso quiere decir que en la sabana, ser carroñero es un buen negocio. El hombre, pues, debió empezar así, después de que un cambio climático le expulsara de los bosques donde para sobrevivir estaba obligado a utilizar las cuatro extremidades para desplazarse… como los monos.
Una vez de pie, el humanoide utiliza sus manos para hacer herramientas y empieza una evolución física hacia el hombre actual que le ha permitido dominar el planeta entero: las cuerdas vocales bajan y eso permite el lenguaje, la piel se transforma y suda, cosa que permite refrigerar el cuerpo ante un esfuerzo continuado como correr durante mucho rato para cazar (eso no lo pueden hacer los animales que se refrigeran a través de la lengua como los perros), la pelvis de la mujer se junta y eso obliga al nacimiento de los hijos (con cabezas y cerebros enormes) cuando todavía no se pueden valer por sí mismos, lo que obliga a las madres a cuidar de ellos durante los primeros años. Eso da lugar a la especialización del trabajo entre hombres y mujeres y el nacimiento de la familia, un pilar fundamental del dominio que el hombre ejerce sobre el resto de las especies. Todo esto ha permitido que el hombre tenga el resto de las ideas que dan el nivel de conocimiento y bienestar que tenemos ahora.
Por lo tanto, la primera gran idea fue: ponerse de pie.