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20 January 2014

¡Encontrados los millones de Borrell!

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En un artículo publicado en El País el pasado día 20 de Enero, Josep Borrell y Joan Llorach Mariné invitan a los lectores, a que les expliquen donde están los 16.000 millones de euros de la balanza fiscal catalana. El ex ministro socialista y su coautor describen una supuestamente graciosa situación en la que, después de conseguir la independencia, Artur Mas y Oriol Junqueras se presentan en el despacho del conseller Andreu Mas Colell y le preguntan por los 16.000 millones del supuesto déficit de la balanza fiscal catalana. Utilizando los datos publicados por la Generalitat sobre los ingresos y gastos de 2009, Borrell y Llorach (B-Ll) se mofan de Mas y Junqueras cuando descubren que el dinero no aparece por ninguna parte. Todo en un tono muy divertido.

El argumento es el siguiente: en 2009, los catalanes pagaron al Estado español un total de 46.195 millones de los cuales el Estado solamente gastó en Catalunya  45.403. La diferencia son 792 millones y no los 16.000 millones que publica la Generalitat. Según B-Ll, para conseguir los 16.000 millones, la Generalitat coge este número y lo “neutraliza”.

¿En qué consiste la “neutralización”? En realidad, consiste en hacer algo tan sensato como es reconocer que pagar con la tarjeta VISA es equivalente a pagar en efectivo. Todos los que estáis leyendo este post sabéis que la deuda de la tarjeta de crédito se acaba pagando por lo que comprar unos zapatos pagando en efectivo es lo mismo que comprarlos con la VISA. Ningún ciudadano racional piensa que pagando la tarjeta uno se escaquea de pagar.

Del mismo modo, “neutralizar” la balanza fiscal consiste en reconocer que cuando un estado utiliza la “VISA” para pagar el gasto, el importe va a tener que ser pagado por los contribuyentes. Así de simple. No sé quien se inventó la palabra “neutralización” para describir lo que se está haciendo, pero reconozco que es una palabra fea que lleva a engaño. Por ejemplo, B-Ll dicen que la neutralización se hace “para corregir el ciclo económico”. No es verdad. La neutralización se hace porque cuando el estado financia su gasto con deuda pública, uno tiene la obligación de corregir los números y reflejar que, tarde o temprano el gasto va a ser sufragado por los contribuyentes. Y esa NO es una opción metodológica que uno puede usar a su conveniencia. Esa es una obligación intelectual: no hacerlo es como decir que el gobierno puede obrar el milagro de los panes y los peces, gastando cuanto le venga en gana sin que nadie pague la factura(*). Y eso no tiene nada que ver con el ciclo económico. Si en lugar de época de crisis, el déficit del estado se produjera en época de bonanza, la “neutralización” seguiría siendo obligada.

No sé si es porque la palabra “neutralización” no es lo suficientemente descriptiva o porque el concepto lleva a engaño, pero la realidad es que existe una larga tradición de políticos y opinadores que acusan a los “neutralizadores” de manipular los datos y que, por lo tanto, el déficit fiscal neutralizado de Catalunya es un puro artilugio contable creado por los nacionalistas. Y el artículo de B-Ll forma parte de esta triste tradición(**): B-Ll argumentan que el gasto del estado que se financia con déficits no debe ser contabilizado ya que (en palabras literales) la deuda “solo es dinero virtual que va a tener que pagarse en el futuro”. Ante este razonamiento, yo al Sr Borrell le invito a que utilice su tarjeta para regalarme un coche de 50.000 euros. A muchos les puede parecer un coche caro, pero a Borrell le parecerá barato. De hecho, le parecerá gratis: al fin y al cabo, la tarjeta “solo es dinero virtual que va a tener que pagarse en el futuro”! Claramente el argumento de que la deuda no debe ser contabilizada como un pasivo para los contribuyentes es falacioso y erróneo. Dejando de lado a los señores Borrell y Llorach (y quizá también a Antonio Zabalza y Roció Martínez-Sempere) todo el mundo entendería que el coste para el Sr Borrell de semejante regalo sería de 50.000 euros, por más que lo hubiera pagado con su tarjeta de crédito en lugar de con dinero contante y sonante.

Pero volvamos a los datos de B-Ll: resulta que en 2009, el Estado español utilizó la VISA por valor de 81.113 millones de euros (esa es la magnitud del déficit del estado). De ese dinero, 15.618 millones provinieron de la VISA de los catalanes (esa es la parte proporcional que les toca pagar a los catalanes en cuanto a contribuyentes que son del Estado español). El problema es que de esos 15.618 millones que el Estado apuntó a la VISA de los catalanes, no se gastó ni un euro en Catalunya. Esto lo reconocen B-Ll cuando aceptan que el gasto TOTAL del Estado en Catalunya fue de 45.403. Por lo tanto, BLl aceptan que la totalidad de los 15.618 millones que se apunto a la VISA de los catalanes fue gastada en otras comunidades de España.

Si en 2009 Catalunya hubiera sido independiente, los 15.618 millones que el Estado apuntó a la VISA de los catalanes no se hubieran gastado en otras comunidades. Y al no haberse gastado tampoco en Catalunya, el dinero estaría disponible, contante y sonante, en la mesa de Mas Colell. Y esa es la respuesta a la pregunta: si Catalunya fuera independiente, los 15.618 millones que el Estado apuntó en las VISAS de los catalanes estaría a disposición de la Generalitat, junto a los 792 millones adicionales, para formar un total de (por favor pongan música de 1,2,3 responda otra vez) ¡16.409 millones de euros! ¡Ahí está el dinero que buscaban, señores Borrell y Llorach!(***)

El argumento es tan sencillo que parece extraño que todo un ex ministro y catedrático y todo un empresario tengan que pedir ayuda a los lectores para que se lo aclaren. Claro que a lo mejor no lo entienden porque tienen un poco de mala fe. E intuyo que hay un poco de mala fe porqué B-Ll utilizan los datos de 2009 (que es el año en el que gobierno del Estado utilizó la VISA con más alegría) y no los últimos datos disponibles que son los de 2010, a pesar de que estos datos ya hace ocho meses (repito OCHO MESES) que han sido publicados. Si en lugar de tomar los datos de 2009, tomamos los de 2010, resulta que los ingresos que el Estado recaudó en Catalunya fueron de 51.164 millones de euros, mientras que los gastos del Estado en Catalunya fueron de 45.329. El saldo total, pues, fue de un déficit en contra de Catalunya de 5.835 millones de euros en lugar de los pírricos 792 millones de 2009. El resultado final es el mismo. Ya he explicado que el saldo sin neutralizar (es decir, sin tener en cuenta lo que el Estado compró con nuestra tarjeta de crédito) no tiene sentido. Y las cuentas de 2010 demuestran que, una vez neutralizado, el déficit de la balanza fiscal catalana vuelve a arrojar un saldo desfavorable de 16.543 o 8,5% del PIB Catalán. Esa es la constante de la que hablan Mas y Junqueras y de la que se cachondean B-Ll. Pero que el resultado hubiera sido el mismo no esconde que B-Ll hayan escogido un año en los que los datos eran especialmente favorables para su intento de minimizar el déficit fiscal de Catalunya, sabiendo que los últimos datos disponibles no dibujaban un escenario tan bonito para sus intereses. A lo mejor B-Ll no se habían enterado que hacía ocho meses que los datos de 2010 ya estaban disponibles. Es posible. Aunque es muy sospechoso.

Resumiendo, B-Ll escribieron un artículo retando a los lectores a que les explicaran dónde están los 16.000 millones del déficit fiscal catalán. Yo he aceptado el reto y se lo he explicado: señores Borrell y Llorach los 16.000 millones son el dinero que el Estado apuntó a la tarjeta VISA de los catalanes y que gastó en otros territorios. Lógicamente, en caso de que Catalunya fuera independiente, todo ese dinero no se hubiera gastado en otras comunidades de España por lo que, en la escena que describen ustedes de Artur Mas Oriol Junqueras, entrando en el despacho de Andreu Mas Colell y preguntando dónde están los famosos 16.000 millones, el conseller les hubiera respondido: los 16.409 millones están encima de mi mesa, ¡delante de sus narices! Eso sí, hay que quitarse la venda de los ojos para verlos.

 

 


(*) La balanzas fiscales son una herramienta que permite estudiar la redistribución de recursos que el estado hace a través de los impuestos y el gasto público entre los diferentes territorios. Lo normal es que los ciudadanos más ricos paguen unos impuestos más elevados que los más pobres y que el gasto público vaya en dirección contraria de manera que se produzca una redistribución de recursos desde las zonas más ricas a las más pobres. Las balanzas fiscales permiten ver la magnitud de esa redistribución. Pero para que tengan sentido, la suma de todas las balanzas fiscales debe ser cero. Es decir, si una región es receptora neta de recursos, lo normal es que esos recursos provengan de las otras regiones. Y al revés, si una región es contribuyente neta de dinero, ese dinero vaya a parar a alguna otra región. El milagro de los panes y los peces se produciría si, después de la intervención fiscal del estado todas las  regiones salieran ganando. Pero fijaos que eso es exactamente lo que pasa cuando el estado mantiene “paga con la VISA” y esos pagos no se contabiliza. Fijaos que, en ese caso, el estado gasta mucho en todas las regiones (por la que todas piensan que han recibido muchos recursos del estado) y no pagan nada (porque no contabilizamos lo que nos va a costar pagar la VISA). Cuando en 2009 el estado español mantuvo un déficit estratosférico,  los cálculos sin neutralizar muetran que TODAS LAS COMUNIDADES DE ESPAÑA salieron ganando de la redistribución interterritorial. El milagro de los panes y los peces. La neutralización del déficit del estado asigna ese déficit proporcionalmente a cada una de las comunidades de manera que, como tiene que ser, la suma de todas las balanzas de todas las regiones acaba siendo cero. En economía, nada es gratis. Ni siquiera el déficit del estado.

(**) Rocío Martínez Sampere lo hizo en declaraciones en el Parlament de Catalunya y Antoni Zabalza (como Borrell, ex dirigente del PSOE) lo ha repetido hasta la saciedad en una serie de artículos pesadísimos publicados en El País. La respuesta a todos esos artículos es la misma que la que hago hoy.

(***) Borrell y Llorach argumentan en su artículo que si Catalunya fuera independiente, tendría que endeudarse por 15.618 millones para que, sumados a los 792 millones que arroja el saldo sin neutralizar, Mas Colell tuviera 16.409 millones de euros sobre la mesa. Este argumento es muy tramposo. Fijaos que B-Ll parten de la situación en la que el déficit antes de neutralizar es de 792 millones. Implícitamente, esa cifra supone que el estado ya ha usado la VISA de los catalanes por valor de 15.618  millones.  A partir de  partir de ahí, dicen: “si los catalanes se independizaran, ¡deberían volver a endeudarse para tener esos 15.618 millones! ¡NO, señor Borrell! ¡No haga trampas! ¡Está usted contabilizando la deuda dos veces! Si el estado no se hubiera endeudado, no habría podido recaudar solamente  46.195 en Catalunya (tendría que haber subido los impuestos) y no habría podido gastar en Catalunya los 45.403 sino mucho menos.

Si en 2009 el Estado no hubiera utilizado la VISA (si en 2009 el estado no hubiera tenido un déficit de 81.113 millones), el gobierno de España no hubiera podido gastar, ni en Catalunya ni en España, lo que gastó. Es decir, sin el endeudamiento el estado hubiera tenido que gastar un total de 81.113 millones menos en toda España, 15.618  de los cuales los habría tenido que recortar en Catalunya. Por lo tanto, los catalanes habrían pagado 46.195 millones de los cuales el Estado solamente se habría gastado en Catalunya 29.784 (45.403  menos 15.618), por lo que el déficit de Catalunya sería de El déficit de la balanza fiscal de Catalunya en este caso, hubiera sido de 16.409 millones de euros y no los 792 que suponen B-Ll. A partir de aquí B-Ll se podrían preguntar ¿qué pasaría si Catalunya hubiera sido independiente? La respuestas es que los ciudadanos habrían pagado 46.195 y que en Catalunya solo se habrían gastado 29.784. ¿La diferencia? En la mesa de Mas Colell, esperando a ser gastados por la Generalitat y sin necesidad de volverse a endeudar. De nuevo, ahí están los millones que buscaba Borrell y que no encontraba porque usaba un argumento incorrecto.

A pesar de que, imaginar qué hubiera pasado si el estado no se hubiera endeudado está bien como hipótesis de trabajo para demostrar cómo tenía que haber hecho Borrell su argumento, la realidad es que el estado se endeudó y cargó 15.618 millones de euros en la VISA de los catalanes. Por lo tanto, la comparación correcta es: formando parte de España ese dinero se cargó a los ciudadanos de Catalunya y se gastó en otros territorios. Y si Catalunya hubiera sido independiente, ese dinero cargado en su VISA hubiera estado disponible sobre la mesa de Mas Colell, esperando que Mas y Junqueras decidieran como gastarlo. Así de simple.

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